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©JAG Studio

LA PUTA CARRA LOCA

SLUTY CRAZY CAR


En la Puta Carra Loca el contrapoder se evidencia en la auto organización de una multitud que tienen como objetivo en común visibilizar la existencia de violencia y discriminación estructural hacia la mujer, los cuerpos feminizados y disidentes de la sexualidad. Los PUTAlleres fueron una pieza fundamental de esta auto organización. Estos eran talles de diseño participativo organizados por el Colectivo la Marcha de las Putas en conjunto con Al Borde, enfocados en el diseño de la instalación con la intervención de mujeres, trabajadoras sexuales y miembros de la comunidad GLTBIQ+.

Cuqui Rodríguez

Archdaily

“In the “Puta Carra Loca”, counter-power is manifested in the self-organisation of a multitude of people whose common goal is to make visible the existence of violence and structural discrimination against women, feminised bodies and dissident sexuality. The “PUTAlleres” were a fundamental part of this self-organisation. These were participatory design workshops organised by the Marcha de las Putas Collective in collaboration with Al Borde Arquitectos, and focused on working on the design of the installation with the intervention of women, sex workers and members of the GLTBIQ+ community.”

Cuqui Rodríguez

Archdaily

  • Arquitectos: Al Borde

    Coordinación de proyecto: Julia Peres & Carmen Arnuncio

    Colaboradores Al Borde: Felipe Aranda, Tora Pederby & Diego Ledesma

    Diseño Estructural: Al Borde

    Infografía: Architectinglove

    Ubicación: Quito, Ecuador

    Diseño: 2019

    Construcción: 2019

    Proyecto por encargo de: Marcha de las Putas Ecuador

    Construcción: Miguel Ramos + Marcha de las Putas Ecuador + Al Borde

    Colaboración en Construcción: Lara Girardi, Margarete Leta & Marie Combette

    Financiado por: IFAIC - Ministerio de Cultura del Ecuador

    Con el Apoyo de: Gobierno Provincial de Pichincha, Corporación Humanas

    DJ: Tigua alias Francisco Suárez

    Sonido: Turdus Merula, Tomás Duque & Gobierno Provincial de Pichincha

    Imagen Gráfica de la Marcha: Melissa Mejía

    Fotografía: JAG Studio, Marcha de las Putas Ecuador & Al Borde

  • Desde 2011 diversos grupos se han organizado para levantar su voz a favor de los derechos sexuales y reproductivos, en contra de los crímenes de odio y femicidios, y por la erradicación de estigmas relacionados con la sexualidad e identidad de género. Durante 8 años consecutivos, una vez al año las calles de Quito-Ecuador reciben estas voces que se apropian de la palabra ícono de la descalificación machista y la llenan de nuevos significados en La Marcha de las Putas. 

    En las anteriores ediciones, las y los marchantes recorrían un kilómetro de vías para terminar frente a una tarima que les recibía con música. Como no podía ser de otra forma, en su afán de resignificación del lenguaje, este festival lleva el nombre de Festival Emputado. A pesar de la fuerte carga que conlleva la marcha, esta transforma la indignación y el dolor en una fiesta, creando un acto de catarsis colectiva que fácilmente se puede resumir en una de sus consignas: “Nuestra mejor venganza será la alegría” 

    Para la novena edición de la marcha, las organizadoras nos invitan a sumarnos y juntos aplicamos a la convocatoria anual de Fondos Concursales del Ministerio de Cultura del Ecuador. Una convocatoria a fondos de cultura nos permite poner el diseño al servicio de una manifestación totalmente auto gestionada.

     

    Un Escenario que Camino 

    Todo lo que se cruza en el camino de la marcha se resignifica. Los talleres de diseño participativo, a los que han denominado Putalleres por el simple hecho de hacerlos suyos, son abiertos a todo el mundo y nos muestran su día a día en esta ciudad colmada de prejuicios y en donde la otredad no encaja.  Mientras mejor conocemos los problemas que enfrentan, su consigna de la alegría cada vez cobra más sentido. Pensamos en que el clímax de la fiesta frente a la tarima debería prolongarse el mayor tiempo posible. En realidad, la tarima debería acompañar todo el recorrido de la marcha, llevando la fiesta y contagiando a todo el mundo a su paso 

    El proyecto finalmente está claro: un escenario sobre ruedas. Tratando de encontrar la manera más fácil de solucionar nuestras ambiciones y hacer que el dinero alcance, alquilamos una plataforma de carga. Ahora sólo tenemos que liberar el mayor espacio posible para las presentaciones y asegurarnos de que ni los equipos de sonido, ni las luces, ni los artistas se mojen. Solo en dos ediciones no ha llovido durante la marcha 

    Ni la cubierta, ni su sistema de sujeción, pueden ser un obstáculo que impida la visibilidad del performance; mientras más alta, mejor, aunque un poco más baja que los cables de luz y los semáforos de la ciudad. El sistema se tiene que armar y desarmar en un día y, además, el montaje debe permitir involucrar en la construcción a los voluntarios que se suman al proyecto 

    Las columnas para la cubierta se colocan en los extremos para liberar el espacio. Son unos troncos de eucalipto que cuestan 10 dólares cada uno. Su esbeltez hace que sean frágiles en el medio y por eso hacemos un refuerzo aumentando su sección. Estas columnas están estabilizadas por tensores que a su vez, soportan la cubierta que sobresale de la plataforma un metro de cada lado para evitar que equipos y artistas se mojen. Está hecha con plástico de invernadero translúcido porque es barato y para que las luces del escenario se desparramen sobre ella.

    Salimos con la adrenalina a tope desde el parqueadero en donde montamos la cubierta, a diez cuadras de dónde empezaba la marcha. Un camión plataforma de 16 metros de largo en movimiento avanza por la ciudad sorteando semáforos y cables de luz. Estamos por llegar al punto de inicio de la marcha, se prenden los equipos y el dj empieza la fiesta, la gente nos mira y nos escucha: la Puta Carra Loca llegó.

    Desde 2011 diversos grupos se han organizado para levantar su voz a favor de los derechos sexuales y reproductivos, en contra de los crímenes de odio y femicidios, y por la erradicación de estigmas relacionados con la sexualidad e identidad de género. Durante 8 años consecutivos, una vez al año las calles de Quito-Ecuador reciben estas voces que se apropian de la palabra ícono de la descalificación machista y la llenan de nuevos significados en La Marcha de las Putas. 

    En las anteriores ediciones, las y los marchantes recorrían un kilómetro de vías para terminar frente a una tarima que les recibía con música. Como no podía ser de otra forma, en su afán de resignificación del lenguaje, este festival lleva el nombre de Festival Emputado. A pesar de la fuerte carga que conlleva la marcha, esta transforma la indignación y el dolor en una fiesta, creando un acto de catarsis colectiva que fácilmente se puede resumir en una de sus consignas: “Nuestra mejor venganza será la alegría” 

    Para la novena edición de la marcha, las organizadoras nos invitan a sumarnos y juntos aplicamos a la convocatoria anual de Fondos Concursales del Ministerio de Cultura del Ecuador. Una convocatoria a fondos de cultura nos permite poner el diseño al servicio de una manifestación totalmente auto gestionada.

     

    Un Escenario que Camina 

    Todo lo que se cruza en el camino de la marcha se resignifica. Los talleres de diseño participativo, a los que han denominado Putalleres por el simple hecho de hacerlos suyos, son abiertos a todo el mundo y nos muestran su día a día en esta ciudad colmada de prejuicios y en donde la otredad no encaja.  Mientras mejor conocemos los problemas que enfrentan, su consigna de la alegría cada vez cobra más sentido. Pensamos en que el clímax de la fiesta frente a la tarima debería prolongarse el mayor tiempo posible. En realidad, la tarima debería acompañar todo el recorrido de la marcha, llevando la fiesta y contagiando a todo el mundo a su paso 

    El proyecto finalmente está claro: un escenario sobre ruedas. Tratando de encontrar la manera más fácil de solucionar nuestras ambiciones y hacer que el dinero alcance, alquilamos una plataforma de carga. Ahora sólo tenemos que liberar el mayor espacio posible para las presentaciones y asegurarnos de que ni los equipos de sonido, ni las luces, ni los artistas se mojen. Solo en dos ediciones no ha llovido durante la marcha 

    Ni la cubierta, ni su sistema de sujeción, pueden ser un obstáculo que impida la visibilidad del performance; mientras más alta, mejor, aunque un poco más baja que los cables de luz y los semáforos de la ciudad. El sistema se tiene que armar y desarmar en un día y, además, el montaje debe permitir involucrar en la construcción a los voluntarios que se suman al proyecto 

    Las columnas para la cubierta se colocan en los extremos para liberar el espacio. Son unos troncos de eucalipto que cuestan 10 dólares cada uno. Su esbeltez hace que sean frágiles en el medio y por eso hacemos un refuerzo aumentando su sección. Estas columnas están estabilizadas por tensores que a su vez, soportan la cubierta que sobresale de la plataforma un metro de cada lado para evitar que equipos y artistas se mojen. Está hecha con plástico de invernadero translúcido porque es barato y para que las luces del escenario se desparramen sobre ella.

    Salimos con la adrenalina a tope desde el parqueadero en donde montamos la cubierta, a diez cuadras de dónde empezaba la marcha. Un camión plataforma de 16 metros de largo en movimiento avanza por la ciudad sorteando semáforos y cables de luz. Estamos por llegar al punto de inicio de la marcha, se prenden los equipos y el dj empieza la fiesta, la gente nos mira y nos escucha: la Puta Carra Loca llegó.

  • 2023, Overcoming Barriers: Social Justice in Latin American Architecture / Archdaily / Por_By: Fabian Dejtiar

    2021, La arquitectura, un vehículo para los sin parte: Propuestas contra hegemónicas en Ecuador / Plataforma Arquitectura / Por_By: Cuqui Rodríguez

    2021, When will and chance come together / IQD Issue 64 / Por_By: TAMassociati

  • Architects: Al Borde 

     Project Coordination: Julia Peres & Carmen Arnuncio

    Al Borde Collaborators: Felipe Aranda, Tora Pederby & Diego Ledesma

    Structural Design: Al Borde

    Inphography: Architectinglove

    Location: Quito, Ecuador

    Design: 2019

    Construction: 2019

    Project commissioned by: Marcha de las Putas Ecuador 

    Construction: Miguel Ramos + Marcha de las Putas Ecuador + Al Borde

    Construction Collaborations: Lara Girardi, Margarete Leta & Marie Combette

    Founded by: IFAIC - Ministerio de Cultura del Ecuador

    Supported by: Gobierno Provincial de Pichincha, Corporación Humanas

    DJ: Tigua aka Francisco Suárez aka

    Sound: Turdus Merula, Tomás Duque & Gobierno Provincial de Pichincha

    Walk's Graphic Image: Melissa Mejía

    Photography: JAG Studio, Marcha de las Putas Ecuador & Al Borde

  • Since 2011, a myriad of organized groups have advocated for sexual and reproductive rights, against hate crimes and femicides, and for the eradication of the stigmas related to sexuality and gender identity. Once a year, for the last 8 consecutive years, Quito-Ecuador streets have received those voices, that have taken possession of the iconic word used for sexist disqualification and have given it a new meaning at Slut Walk.      

    The walk roams through a kilometer and at the end, a stage embraces people with a musical event. It can’t be otherwise, seeking the language resignification, this music festival is called ”Festival Emputado” which means The Slutty Fest and is also linked to anger in colloquial language. Despite the deep ideological burden of the walk, it turns indignation and pain into a party, creating a collective catharsis that could briefly explained with one of their slogans: “Our best revenge will be joy”. 

    For the ninth edition of the walk, the organizers invited us to join the project and together applied to the Ministry of Culture of Ecuador annual grants open call. It is important to state that an open call for culture grants allows us to contribute to a self-managed activism project though design.

     

    A Stage that Walks 

    Everything that crosses in the walk path is resignified.  For example, the participatory design workshops are called Putalleres (Slut-Workshops) for the simple fact of making them of their own. They are open and free access to everyone, the Putalleres also let us be part of their daily imaginary: a place where otherness does not fit and is prejudged. The better we know the problems they face, their slogan of joy becomes more and more meaningful. We thought the climax of the party in front of a stage should last as long as possible. Actually, the stage should accompany the walk and turn it into a party that moves through the city and infects everything on its way.

    The project is finally clear: a stage on wheels. Trying to find the easiest way to solve our ambitions and fits them into the budget, we rent a flatbed trailer, so we just have to free up as much space as possible for performances and make sure that neither the sound equipment, nor the lights, nor the artists get wet, only twice has not rained on the walk.

    The cover needs to be at the highest height so people can see performance from street level, but be a little lower than the city's electric wires and traffic lights. The system has to be assembled and disassembled in one day, and in addition, the assembly must allow the volunteers who join the project to be involved in the construction.

    The columns for the cover are placed at the ends to free up the space, they are eucalyptus logs that cost 10 dollars each, their slenderness makes them fragile in the middle so we do a reinforcement for increasing their section. These columns are stabilized by tensioners and protrudes from the platform a meter on each side to prevent equipment and artists from getting wet. The cover is made of translucent greenhouse plastic because it is cheap and spreads the light over the stage. 

    We run out with the adrenaline rush, from a public parking lot we rented ten blocks away from where the walk started. A moving 16-meter-long platform truck moves through the city by twisting traffic lights and cables of light. We are about to reach the starting point of the march, the sound is turned on and the dj starts the party, people look at us and listen to us: The Crazy Slutty Car arrived.

  • 2023, Overcoming Barriers: Social Justice in Latin American Architecture / Archdaily / Por_By: Fabian Dejtiar

    2021, La arquitectura, un vehículo para los sin parte: Propuestas contra hegemónicas en Ecuador / Plataforma Arquitectura / Por_By: Cuqui Rodríguez

    2021, When will and chance come together / IQD Issue 64 / Por_By: TAMassociati

©JAG Studio


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